Fábrica en el Campus de Vitra, en Alemania

Después de más de una década sin novedades edilicias, se realizó el Campus Vitra en Weil am Rhein.

DESARROLLO DEL CAMPUS VITRA

En 2006 se inició una nueva fase de expansión con los encargos asignados a Herzog & de Meuron y a la arquitectura japonesa del equipo SANAA. A los arquitectos con sede en Basilea se les confió el proyecto VitraHaus, en un sitio fuera del área de producción real, en la esquina norte del Campus. La VitraHaus, que abrió sus puertas a principios de 2010, sirve como lugar de presentación para la Vitra Home Collection y marca la entrada a las instalaciones de la empresa junto con el Vitra Design Museum de Frank Gehry. SANAA comenzó a planear una planta de producción para Vitrashop -una empresa del Grupo Vitra- en el lado sur del campus.

La finalización de estos dos nuevos edificios también logró una re-estructuración parcial de los terrenos del campus mediante la separación operativa del tráfico del público visitante. El eje central que conduce a la estación de bomberos Hadid es ahora utilizado principalmente por los visitantes, mientras que las entregas y los envíos se dirigen principalmente a través de la carretera de acceso que se encuentra en el lado oriental de los locales.

LA SELECCIÓN DEL SANNA

Al elegir SANAA para este proyecto, Vitra continuó la estrategia seguida durante los últimos 25 años desde su lanzamiento internacional a partir de la ampliación del Campus La firma de arquitectura SANAA, fundada por Kazuyo Sejima y Ryue Nishizawa en 1995 en Tokio, inicialmente estableció su reputación con edificios residenciales y pequeños museos en Japón. En la primera década del siglo 21, ha completado una serie de importantes proyectos en Europa y en el Norte de Estados Unidos, incluyendo la Escuela Zollverein de Administración y Diseño, el Teatro y el Centro Cultural de Almere, el Pabellón de Cristal en el Museo de Arte de Toledo, el Nuevo Museo de Arte Contemporáneo de Nueva York y el Rolex Learning Center en EPFL Lausanne, y en 2012 un museo satélite del Louvre situado cerca de Lille, en el norte de Francia.

Rolf Fehlbaum, presidente del consejo de administración de Vitra, explicó su interés en el enfoque de arquitectura de SANAA y las razones que llevaron a la selección del equipo japonés: “aunque imbuido de ligereza y precisión, su arquitectura no es definida por el formalismo rígido, una originalidad forzada o un minimalismo moralizante” . Fehlbaum reconoce una característica fundamental en la “eliminación de todo lo que no es esencial” – en otras palabras, un reduccionismo que en última instancia da forma visible a los requisitos de la construcción en su arquitectura y en su estructura.

Una de las cualidades de la arquitectura de SANAA es que, en lugar de analizar el conjunto de necesidades espaciales y funcionales con el objetivo de desarrollar soluciones estrictamente reduccionistas, proponer planes que rompen con las jerarquías tradicionales y ofrecen libertad en el uso de los espacios. Un ejemplo de ello es el Museo de Arte Contemporáneo del siglo 21 en Kanazawa (2004), cuyas galerías de tamaños, formas y proporciones variables y sus habitaciones funcionales adicionales, están incrustadas en el espacio de circulación definido por las paredes redondas del perímetro acristalado, que proporciona una variedad de opciones para la presentación de exposiciones .

UNA INSTALACIÓN SIN UN MODELO PREDEFINIDO 

Casi todos los grandes proyectos que SANAA ha completado hasta ahora han sido edificios para instituciones culturales y universidades. En Weil am Rhein -con la primera instalación industrial diseñada por SANAA- la idea era aplicar una aproximación parecida a la construcción de una nave de producción. El plan para la nueva estructura surgió del deseo de la administración de Vitra de reemplazar una antigua fábrica cerca de la esquina sur, cuyas instalaciones habían sobrevivido a un gran incendio en 1981 durante el que sufrieron daños menores. Además, el edificio existente era demasiado pequeño para la demanda actual. La nueva instalación debía proporcionar una superficie de 20.000 m2, en comparación con los 12.000 m2 metros de la antigua estructura.
El proyecto arquitectónico presentado por SANAA a la dirección de la empresa especifica una división del espacio total en cuatro diferentes áreas que podrían operar independientemente una de la otra y además proporcionar condiciones óptimas para las operaciones. Después de realizar un análisis detallado de la propuesta de SANAA se revisaron las decisiones preliminares y, en lugar de cuatro volúmenes ortogonales que se correlacionaban con la red existente del Campus, se optó por un edificio circular.

Esta propuesta, que en un principio parecía inusual, se basó en la comprensión de que tanto la logística como los métodos de producción ya no se manejan estrictamente según principios jerárquicos, sino que requieren flexibilidad. Esto fue especialmente cierto en el caso de los futuros ocupantes de las nuevas instalaciones, el taller de montaje de la compañía Vitrashop. Aunque Vitrashop utiliza principalmente componentes estándar en los interiores que crea para sus clientes de la banca personal y comercial, donde los elementos son personalizados para adaptarse a las especificaciones y deseos de los clientes individuales, esto se contradice con un flujo de bienes y con métodos de fabricación estrictamente lineales.

Por consiguiente, el interior de la sala fue dividido en diferentes zonas: la zona norte ofrece almacenamiento en estanterías para materiales entregados y productos semi-acabados, la zona central se reserva para operaciones de montaje, y la sección sur contiene la zona de almacenamiento de productos acabados antes del envío. La planta circular de la construcción permite la entrega y la carga de mercancías en lugares completamente diferentes, de modo que el flujo del tráfico dentro de la sala se reduce, optimizado y simplificado.

La zona de montaje ubicada en el medio del edificio también se puede configurar de forma variable para cumplir con los nuevos requisitos sobre la base de los pedidos en curso. Una planta circular es inusual para el edificio de una fábrica, pero todas las condiciones en Weil favorecían esta solución, por lo que SANAA fue capaz de convencer al cliente para que aceptara su propuesta. Otra característica ideal de la estructura circular es la relación proporcional de la superficie de la fachada respecto al volumen del espacio interior. Con un diámetro de más de 160 metros, la nave de producción -que de hecho no se circunscribe en un círculo exacto- cubre una superficie superior a cualquier otra construcción del Campus de Vitra. Con sus 11,4 metros de altura, la sala contiene una planta sótano en la parte sur-oriental con un amplio estacionamiento subterráneo y varias salas auxiliares.

El edificio fue construido en dos etapas con el fin de minimizar la interferencia con las operaciones diarias. La primera estructura semicircular fue erigida junto a la antigua fábrica, la cual posteriormente fue demolida para dejar espacio a la segunda mitad que completó el edificio. La fachada y la pared que separan las dos mitades del edificio son de elementos de hormigón prefabricado. Posicionada como rectángulos verticales, la doble pared se rellenó Conectando de esta manera una con otra.

Debido a las enormes dimensiones del perímetro, no fue necesario curvar los elementos individuales. Junto con la pared central, la forma redonda crea una estructura rígida perfecta que contiene internamente un marco de acero ortogonal. El techo se apoya en columnas de acero de 9,5 metros de altura, colocadas en una cuadrícula de 17,5 x 22,8 metros. Desde el exterior de hormigón, las paredes arriostran la estructura, lo que hizo posible reducir al mínimo las dimensiones de las columnas interiores.

Uno de los principales retos para los arquitectos fue encontrar una solución para la instalación de la compleja tecnología de la construcción: electrónica, ventilación, evacuación de aguas pluviales, rociadores contra incendios, etc., que se distribuyen con diferentes configuraciones en todo el espacio interior y que, además, fuera compatible con los componentes de la filigrana de la estructura de soporte. Este problema se resolvió con asombrosa precisión, lo que resultó en un interior que es claramente diferente a los típicos espacios de las fábricas.
Los arquitectos no trataron este interior como un espacio vacío multifuncional y flexible dentro de la cáscara de una fachada, sino como un aspecto central de la tarea arquitectónica. Cada detalle, hasta los tornillos de la alta estantería de almacenamiento en rack, revela las intenciones del diseño de los arquitectos, quienes no dejaron nada al azar. Las excelentes condiciones de iluminación contribuyen a lograr un agradable ambiente de trabajo en el salón, marcado por el ritmo de las claraboyas del techo y aumentadas por las ventanas individuales ubicadas en la parte superior de la fachada. Otro elemento esencial para lograr la calidad de la atmósfera interior fue el uso mínimo del color. Los varios tonos de gris y negro definen el espacio interior, mientras que los colores de la señalética común en los interiores industriales, en este caso están completamente ausentes.

El sistema de estanterías, que se coloca en filas paralelas, sigue a la estructural rejilla del interior – junto con la pared central y la distribución de las ventanas proporciona un medio de orientación en un edificio de enormes dimensiones. El alto sistema de almacenamiento en racks se puede quitar o volver a configurar según las necesidades. Los muelles de carga están dispuestos a ambos lados de la construcción en un espacio a lo largo de la fachada que también contiene las oficinas. La disposición radial de las paredes de división es casi imperceptible debido al enorme diámetro de la sala. Dependiendo de las necesidades futuras, los muelles de carga pueden ser transformados en oficinas o viceversa. Un taller para actividades de intensa emisión o de altos decibeles es la única habitación cerrada en el lado oriental de la sala, mientras que el piso superior abierto sirve como sala de estar.

FACHADA

El diseño de la fachada, cuyos elementos están suspendidos en el frente exterior y el aislamiento de las paredes de concreto que abarcan todo el volumen del edificio representaron un gran reto. Los elementos de la fachada son de cristal acrílico con una superficie ondulada de 1,8 metros de ancho por 11 metros de altura – el equivalente a la altura del edificio. La capa exterior de acrílico es completamente transparente, mientras que la capa interna es de un color blanco opaco. Los paneles individuales se emitieron por primera vez en hojas planas, y después se calentaron a 60 grados Celsius para vaciarlos en los moldes que crean la estructura.

Dado que ningún fabricante conocido era capaz de moldear piezas de gran tamaño, se tuvo que construir un horno especial para ese propósito. Una de las principales preocupaciones de los arquitectos fue evitar la repetición visual. Por esta razón, se desarrollaron tres elementos diferentes, con diferentes patrones de onda desde la más estrecha y hasta la más ancha. Puesto que los paneles colgantes -cuyos componentes de montaje quedaron ocultos- se pueden girar 180 grados y montar en cada extremo, esto se tradujo en una serie de seis tipos distintos. El objetivo era organizarlo como para evitar tener un patrón reconocible y repetitivo, y que además se conformará perfectamente con las aberturas de la fachada (ventanas, muelles de carga, puertas). De esta manera la fachada presenta un aspecto homogéneo a distancia, con un aura casi surrealista gracias a su superficie blanca y luminosa, ganando vivacidad y profundidad a medida que uno se acerca. Ya que sólo es posible ver una parte de todo el volumen, el edificio parece ser mucho más pequeño de lo que realmente es, dando la impresión de ligereza y transparencia, a pesar de no permitir vistas al interior.

El edificio sigue siendo un enigma que no revela casi nada sobre su función. El carácter casi inmaterial de la nave industrial se destaca por el hecho de que, desde el exterior, sólo la piel de la fachada -sugerente de una cubierta textil- es visible, mientras que las paredes exteriores, el techo y el marco estructural siguen quedando ocultos. Visto desde el exterior, no se reconoce -o incluso no se sospechosa- que la geometría de la planta deriva de un círculo perfecto. Sin embargo, tal vez esta discordancia inconsciente sea perceptible. Así como SANAA evita el uso de la clásica simetría en su arquitectura, con frecuencia emplea una ligera distorsión geométrica. Esto recuerda el concepto estético del Wabi Sabi, el concepto japonés según el cual la imperfección y la consumación estética no son necesariamente contradictorias.

En este sentido, la sutil forma de la Alessi Tea Set (2004) es un de los ejemplos de SANAA que van en esta dirección. En referencia a su proyecto para Vitra, Kazuyo Sejima y Ryue Nishizawa también hablaron sobre la transferencia de parte de la vitalidad inherente al dibujo a mano alzada, que siempre se sitúa en el inicio de su proceso de diseño, a la realidad del equipo de cálculos. O en sus propias palabras: “Mi impresión es que el círculo, el perfecto círculo, es un poco demasiado rígido”.+

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